Nicolás
el Vampiro
ENTREVISTA CON NICOLAS EL VAMPIRO
Introducción:
Aunque mi afición por los vampiros data de mi niñez, no había
encontrado el sentido total o final de estos seres secretos, y descifrado el
magnetismo y poder de seducción que ejercen sobre muchos de nosotros,
los mortales. En pocas palabras os diré que hoy se que los vampiros son
otra especie más de ser humano, diferente a nosotros en su inmortalidad
y en su forma de no-vida, pero mantienen en todo su ser la esencia humana. Aman,
sufren, temen, se desmoronan igual que nosotros. Sus sentimientos, sus emociones,
su lucha por comprender el sentido de su existencia, sus contradicciones son
similares a las nuestras. Esto les hace próximos y amados, a la vez que
temidos, pues representan en su andadura nuestros rincones más oscuros,
nuestros caminos secretos de odio y rebeldía ante la vida y su significado.
Bastante entusiasmada con la película "Entrevista con el vampiro" compré "Lestat el vampiro", cronológicamente situado delante del primer libro, aunque creo que fue el segundo en publicarse (corregidme si me equivoco). Permaneció en una estantería hasta que conocí la página Web de David, y guiada por él comencé con su lectura, que hoy en día no he concluido. David me ha pedido ayuda, y como los dos tercios del libro están leídos, creo haber reunido suficiente información para prestársela.
En principio me pidió ayuda sobre Claudia, pero yo todavía no he llegado a ella, no he leído la entrevista con el vampiro, así que continuó con su demanda con las siguientes palabras: de los personajes del libro cual tienes más claro, ahora que lo tienes fresco en la mente., ahora que estás leyéndolo. Mi respuesta fue inmediata, dije Lestat, claro ;). No, replicó, tiene que ser otro. Pues Nicolas, contesté casi inmediatamente. Las dos respuestas fueron instintivas, no meditadas. Después supe el porqué.
LA HISTORIA DE LESTAT Y NICOLAS
Lestat es el protagonista dominante de las Crónicas vampíricas. Alrededor de él giran los demás. Está claro que ese vampiro luminoso y moderno nos es más inteligible a nuestras mentes lectoras, por ser el personaje más ampliamente explicitado por Ann Rice. Ocupa un espacio infinito en la novela Lestat el vampiro, que es Lestat y los demás, es decir, que ilustra el camino de Lestat por la senda del mal en solitario, pues su fuerza, voluntad y poder oscuro, que ha basado en su contradictoria idea de la bondad, contempla a sus allegados como compañeros de viaje transitorios, aunque muy determinantes en su aprendizaje. La intensidad de su amor es verdad en el instante que lo siente, pero no más allá, no traspasa la frontera de amar dejando de cuidar su propia supervivencia y crecimiento. Por estas razones obvias yo quería hablar de Lestat, había mucho que contar...
Pero la segunda respuesta (hablar de Nicolas) aunque igual de instintiva, estaba más oculta, pero descubrí porqué Nicolas o eso creo, y os lo explico:
- En primer lugar su presencia no es constante, pero si enormemente intensa en los momentos que aparece en la novela.
- En segundo lugar, es el primer compañero de Lestat antes de convertirse en vampiro; y sólo por una jugarreta del destino, un accidente temporal no llega a ser su primer hermano de sangre, la muerte inminente de Gabrielle(madre de Lestat) le arrebata el puesto. Es decir, desde su primer puesto en el lanzamiento de Lestat al camino de su expansión, forma de esta manera parte determinante en la existencia posterior de Lestat, su pasado con Nicolas vuelve una y otra vez, y como siempre, es mayor la intensidad de su pensamiento hacia Nicolas, que su frecuencia numérica.
- En tercer lugar, por el interés que despierta en mi su recíproca relación, exclusiva y apasionada en un primer estadio, y obsesiva y desesperada para ambos cuando se produjo el cambio en Lestat. Lestat le amaba como a nadie, por ser la parte oscura de su espejo, por descubrirle el significado del mal, la oscuridad, esas ideas que hacen brillar la justicia poniéndola enfrente de la idea de la bondad y el amor. Cree Nicolas en la justicia como armonía sintetizadora entre el bien y el mal. Insisto en que Lestat amaba a Nicolas como a nadie, profundamente, por eso le ocultó su cambio, y conociendo su debilidad, se alejó de él, pero siguió cuidándole y protegiéndole. Le defendió ante Gabrielle y Armand. Este último le reprocha a Lestat, en un momento de la obra el que solo proteja a su Adorado Violinista, ni siquiera sintió la necesidad de proteger a Gabrielle. Y cuando Lestat comparte con Nicolas el DON OSCURO, se da cuenta de que es el desastre, de que ya no puede soportar su presencia.
Por todas estas razones ya habréis comprendido por qué contesté que quería hablar de Nicolas, aunque me aseguran que es un "tipo raro".
Volvamos otra vez hacia atrás. Comencemos el relato de la historia de amor de Lestat y Nicolas. Entrevistemos a Nicolas.
ENTREVISTA CON NICOLAS EL VAMPIRO
Yo solo puse en marcha la grabadora. Me dijo que tenía muy poco tiempo, y no interrumpí su discurso, su trágica oración de amor, escuché y callé.
........" Fui a París en busca de su arte, su belleza, su lujo y esplendor. Marché huyendo hacia el siglo XVIII al fin. Beber en las fuentes del saber, descubrir lo oculto entre las gentes, atesorar
palabras, imágenes y MÚSICA. Deseaba salir del mundo pequeño y mezquino del burgo, deseaba dejar de ser el hijo del pañero.
Entonces descubrí la belleza suprema, la música, la más sublime belleza, las profundas notas que deseaba oír desde antiguo y que no querían abandonarme ya. Me aferré como un poseso al violín, tomé clases, desoí a mi padre, que amenazaba con cortarme las manos si persistía en mi locura; pero descubrí mi verdadera pasión en la vida, no podía resistirme a ella.
En una estancia en la Auvernia, volví a ver a Lestat, el hijo del marqués, Matalobos, conocido por mí desde niño (¿recuerdas el lugar de las brujas, Lestat?). Después de ofrecerle unos regalos por su gesta con la manada de lobos, vino a visitarme unos días después impulsado por su madre Gabrielle, que deseaba algo mejor para su hijo que una existencia atrasada y feudal en sus dominios, y que siempre le empujaba a aprender,estudiar, huir de ella.
Demandó de mí noticias de París, arte, sociedad, palabras, filosofía, más palabras. Quedó encantado, todo ingenuidad, pero le advertí también del pozo de los callejones oscuros, del hambre, los asesinatos, la miseria...
El hizo poco caso de mi advertencia (la oscuridad está conmigo, el mal me habita) y me relató su apasionamiento por los bosques cruzados a caballo, su éxtasis en soledad con la naturaleza.
En ese momento comprendí que le amaba, despedía una luz que me cegaba, una fuerza, un calor que derretía mi hielo; comprendí que siempre sería su sombra, que para él interpretaría las más bellas melodías que haya escuchado nunca, que su luminosidad me sustentaría hasta que decidiera dejarme, yo nunca le abandonaría...
/// Permitidme ahora adelantarme al hilo de mi relato para aclararos que cuando le reclamé el TEATRO DE LOS VAMPIROS, fue por una razón fundamental, sabía que ya no soportaba más mi presencia, sabía que aunque me adoraba sobre todos, que era su protegido, le meilleur ami, ya había aprehendido de mí la oscuridad, el pavor, el horro de la eternidad confusa y convulsa. El mal se había instalado en él, y lo había convertido del revés, sólo podía amar aunque matara, necesitaba huir de mi para seguir aprendiendo, porque sabía que yo enloquecería comprendiendo que no podía ser sólo para mí su luz. Nuestra despedida física en el Teatro, fue un gran acto de amor del uno hacia el otro///.
Así que en esta primera entrevista en mi estancia, interpreté para él una melodía y lloró, yo también lloré traspasado por su emoción.
Después de confidencias secretas, y de la unión de nuestras almas, empezamos a amarnos el primer día. El me traía y me llevaba como una mariposilla de luz, siempre detrás de él, mi luz, mi sol... Después de nuestra conversación ininterrumpida durante días, me llevó y llegó a la conclusión de que deberíamos marchar hacia París, huir.
Amén, Lestat, me dije. Así fue.
Empezamos a trabajar en un teatro del Boulevard du Temple. El hacía recados, limpiaba, yo con mi música. Incluso tocaba en el boulevard y él pasaba el platillo.
Éramos muy felices aquellos días en nuestra estancia, con nuestro vino, nuestro pan, y nuestra interminable "conversación".
Sólo enturbiaba la felicidad de aquellos momentos su terca insistencia en mostrarme la bondad del arte y de la vida, la felicidad de la interpretación, los mundos felices creados en los demás a través del teatro, su arte. Yo siempre me oponía a esa idea, a su terquedad de criterio oponía mi insistencia en la existencia de la oscuridad, del lado tenebroso y oscuro de los seres humanos, ese lado cruel que nos posee a todos los demás, pero su luz nos deslumbraba, su fe, su inquebrantable voluntad y optimismo rechazaba la idea del mal que está instalado en mí y en todos nosotros.
Este era mi discurso: Lestat, escucha, mi música, en el pueblo la tocaba para mí mismo, para Nicolas, para herir a los zafios campesinos con su belleza. Ahora la toco para ti, para poder seguir sustentándome con tu luz, con tu alma fuerte y poderosa, para que no dejes de amarme, para que seas feliz con mis melodías.
!Qué equivocado estabas desde el principio, Lestat!. No comprendiste que yo sabía que tu luz o me quemaría, o me abandonaría; que no necesitabas mi oscuridad, aunque si aprender de mi como es ELLA, la maestra negra.
Tal vez por ello nunca llegaste a comprender, el que yo Nicolas (Navegante en el mal) no pude soportar, cuando adquiriste la condición de vampiro, el que primero me ocultaras tu transformación en vampiro (cuando yo tanto anhelaba compartir contigo ese oculto rito ancestral), solamente me ofreciste unas monedas para justificar tu amor por mi. Después concediste el DON OSCURO a Gabrielle, hija de la aristocracia, antes que a mi (deseaste antes mi carne y mi sangre, mon ami), relegaste al desprecio mi ansia de ti, de recibir de ti ese profundo don que tu habías conocido.
Aun así, te perdono, tu luz y tu amor colmó mi vida hasta que desapareció;
y si enloquecí no fue tanto por tu amor sino por no haber podido o sabido aprender de ti, como tu aprendiste de mi, y no saber quererte a ti, como tu me quisiste a mi.
Después de la sinfonía que compartimos en el Rito Oscuro, caí en un estado lamentable, no soporté la realidad del mal tantas veces soñado. Sacié mi sed, pero me hundía en las tinieblas.
Huí de Lestat y Gabrielle, mi infelicidad, mi tristeza y mi debilidad les ahogaban, recogí mi violín y me encaminé al teatro de Renaud.
Debía abandonar a Lestat, debía echarle de mi lado, debía concederle la libertad de crecer, debía borrar sus ataduras hacia mí. DEBÍA PENSAR.
Interpretaría mi última melodía para él. Si eso es, una canción de despedida.
Al fin llegaron ambos al teatro. Lestat me suplicó que tocara, le advertí como tantas veces, que el violín era el instrumento del diablo, pero a él no le importó. Toca como sea Nicolás. Toca como desees, repitió.
En ese momento deseé que les llegara a ambos la total oscuridad de mi alma, tan luminosa en su negrura que estaba más allá de mí mismo, y se mostraba entera y sin límites, tan profunda como su ansia de placer en escuchar mi música. En mi dolor y en el conocimiento de él por ambos, traspasaron los límites del horror y tuvieron que hacer grandes esfuerzos para detener mi horrísona avalancha. La música crecía y crecía en estruendo, en lágrimas de sangre, en cárceles perpetuas. No podía seguir así... Maestra Negra, ayúdame...
Entonces apareció el cuarteto de vampiros habitantes del Teatro de Tespis, y dejé de tocar para Lestat y toqué para ellos, danzaron frenéticos ritmos sincopados, sintieron y interpretaron el horror y se convirtieron en mi orquesta acompañante. Quedaba poco para la despedida final.
"Lestat, dame el Teatro de los Vampiros, aléjate de mi, déjanos que sigamos esta senda oscura del mal por nuestros medios, que saqueemos dinero y sangre a los mortales. Un poco de dinero solamente te pido, atiende al que fue tu mejor amigo".
Lo que sigue no se lo dije con palabras, pero el discurso martilleaba mi mente una y otra vez: "No te vayas, no te vayas, monstruo de luz, bondadosa criatura asesina, no me abandones, quédate conmigo para siempre, deja a los otros, crearemos el arte total, bien y mal, luz y oscuridad ¿qué más necesitas saber? ¿a quién más debes querer para seguir aprendiendo de él la forma de expandir tu camino en el saber oscuro?. Lestat, tu ya lo sabes todo, tu ya eres todo, acabarás descubriéndolo, mon amie, solo que unos años más tarde. Todo está en ti. Si me abandonas yo moriré, necesito tu luz, tu no necesitas mi oscuridad. Moriré. Fíjate si soy imperfecto y mezquino que ahora al final se que te quería porque te necesitaba, y en este instante de la despedida, me doy cuenta que ahora te necesito porque te quiero, y que tu marcha es para mí la muerte. Al fin comprendí tu mensaje de amor"
Apártate ya, vete, olvida a Nicolas. Perdóname Lestat, te amo"
Una vez que Lestat y Gabrielle abandonaron París, dejándome a cargo del Teatro de los Vampiros, continué con mi camino de despedida de ¿la vida?.
Abrumado por el dolor de haber perdido a Lestat, toda mi ansia se volcaba en satisfacer de forma compulsiva mi sed, y desahogar mi tristeza y desesperación en crear nuevas obras de teatro, y interpretar mi música, todo para mis vampiros. Llegué a proferir toda clase de insensateces y blasfemias a cualquiera que quisiera escucharme, evocando los horrores del infierno en el que vivía.
Como llamaba a gritos a mi muerte, Armand. el Amigo Mas Viejo, me recluyó enfurecido, y enfurecido me cortó las manos (no se podía evitar al destino). Entré en mi estado más lamentable, y desee y pedí la muerte a la asamblea, y accedieron a quemarme en la hoguera. Comprendieron conmigo que yo debía desaparecer, nadie podía sustituir en mi alma a Lestat, ni cambiar mi anunciado destino, que me perseguía desde muy lejos en el tiempo.
Antes de entrar a las llamas les entregué mi violín, con el ruego de que lo enviaran a mi Creador.
Amén, Lestat.
Nicolas se inmola y muere por tu amor. Adieu, mon ami.
FIN DE LA ENTREVISTA con NICOLAS EL VAMPIRO
Nota de la transcriptora:
Esta entrevista es imaginaria.
Nicolas ha desaparecido como mortal y como vampiro. Que Dios se apiade de su
alma, cegada por la ilusión de Satán.